¿Quieres construir una nave industrial o una bodega? Quizás pienses que es un inmueble relativamente simple, y lo necesitas lo antes posible para empezar a generar dinero. Tal vez pienses que se pueda ejecutar la construcción sin el desarrollo de proyecto arquitectónico y ejecutivo, esto con la finalidad de que haya un ahorro en tiempo y dinero. Sin embargo, no es lo más recomendable.
Hay estrategias para que el proceso de construcción se acorte, pero saltarse el paso de la consulta profesional sobre el diseño no es algo que recomendamos. Aquí detallamos algunas de las razones por las cuales el plan arquitectónico es una etapa clave en un proceso de construcción industrial.
1. El diseño es lo que mayor influencia tiene sobre el costo total del proyecto
Sí, tal como lo lees. El proceso de diseño es donde se definen los tipos de materiales de construcción, el tipo de estructura, la distribución de los espacios y sus instalaciones. Una verdadera visión a largo plazo de cualquier proyecto industrial revela esto mismo: el diseño es determinante a la hora de analizar tanto el costo total de la construcción como la capacidad de las facilidades edilicias de redituar la inversión realizada.
Toda decisión de diseño tiene su costo. Las buenas decisiones terminarán ahorrándote dinero en el largo plazo en costos de mantenimiento o en un flujo más rápido y eficiente por decisiones arquitectónicas estratégicas. Una mala decisión puede significar muchos gastos inesperados. Asegúrate de que las decisiones de tu proyecto las tome un profesional con experiencia en diseño y construcción.
2. Piensa en el proyecto arquitectónico como algo que asegura el retorno de inversión
Con un proyecto arquitectónico sólido, tienes la garantía de que tu proyecto funcione a largo plazo. Tienes la seguridad de que un profesional ha tomado en cuenta diferentes factores que quizás alguien sin experiencia en diseño tenga en mente, como la ubicación estratégica de columnas, dimensiones en cuanto a requerimientos de oficinas, distribuciones y ubicaciones de instalaciones, etc.
Por eso la importancia de trabajar de la mano de una empresa que pueda solucionar problemas de construcción desde la etapa del diseño.
3. En esta etapa, el arquitecto identifica oportunidades de ahorro, incluso en etapas tempranas del proyecto
El tiempo y dinero invertido también puede significar ahorro, tanto inmediato como a largo plazo. Quizás pienses que es esencial construir con el material más caro, pero, al final, resulta que una alternativa más económica es no solo viable, sino mejor para tu proyecto. Quizás puedes optimizar una habitación o recámara grande al dividirla o construir en vertical para crear espacio para unidades de almacenamiento o entrepisos. No lo sabrás hasta que un arquitecto se involucre en tu proyecto.
4. La arquitecta puede identificar oportunidades de optimización
La astucia que viene con los años de estudio y experiencia de una arquitecta industrial es la que permite que tus facilidades edilicias tengan un flujo más eficiente y rápido de personal y mercadería, o en mayor versatilidad o más espacio de almacenamiento para tu nave o bodega. La optimización puede no significar ahorro o ganancia inmediatamente, pero, a la larga, puede incluso colocarte por encima de tu competencia al asegurar tiempos de entrega más rápidos.
5. Aporta a las economías de escala de tu empresa
Una nave o bodega industrial diseñada por un profesional con trayectoria a la larga se traduce en una economía de escala. Una vez cuenta con una instalación sólida, se vuelve un activo fijo que se traduce en ganancias no por una reducción en los costos de materia prima, sino por la capacidad productiva que trae consigo un edificio optimizado.